La eficacia de los pararrayos se
encuentra otra vez en entredicho. Antiguamente se creía que la instalación de
este sistema en los edificios más altos de las ciudades resultaba más que
suficiente para proteger a la población del tremendo impacto de los relámpagos.
No obstante, sólo en Estados Unidos las descargas eléctricas provocadas por las
borrascas acarrean pérdidas anuales superiores a los 39 mil millones de euros.
Diariamente en el mundo se producen unas 44.000 tormentas y se generan más de
ocho millones de rayos, según el sistema de detección mundial de meteorología.
Uno de estos brutales chaparrones caía a
principios de esta semana en Compostela, causando graves daños en la iglesia de
San Paio de Antealtares y sus aledaños. El relámpago, que ha dejado un boquete
de grandes dimensiones en la cubierta del templo, así como desperfectos de
cierta consideración en la instalación eléctrica, también destrozaba la red de
abastecimiento del pub Paraíso Perdido.
Lo cierto es que Compostela no está lo
suficientemente protegida contra este tipo de fenómenos naturales. Los rayos
generan cada año averías importantes en todas las instalaciones del mundo y, en
particular, descargan su energía en los repetidores de telecomunicaciones de
alta montaña, según informa la Sociedad Española de Montajes Industriales
(Semi) en su web. Desde que Franklin inventó el pararrayos, cientos y miles de
aparatos ionizantes se instalaron como sistema de protección. Durante los
últimos años, estudios científicos del relámpago e informes económicos sobre
sus perjuicios, demuestran que este tipo de aparatos "más que una
protección son un peligro", señala la Semi.
LOS
DATOS
1 Plan para romper con un paradigma
centenario
La Semi lleva tres años efectuando el
seguimiento de una nueva tecnología de pararrayos que aplica precisamente otra
política de protección del relámpago: evitar su formación. Según explica el
organismo, su eficacia "está demostrada" por varios repetidores de
telecomunicaciones de alta montaña protegidos por este innovador sistema que rompe
con un paradigma centenario.
2 Más de treinta mil descargas en un día
Los rayos han causado en España, desde
1941 hasta 1979, alrededor de dos mil muertos, según los datos que recoge
www.pararrayos.org de la empresa INT. Como referencia atípica, el siete de
agosto de 1992 se registraron en España 32.000 relámpagos en un solo día, según
el servicio de teledetección de rayos del Instituto Nacional de Meteorología.
3 Un récord de 250 campanarios afectados
Cada año se registra una media de un
millón de impactos de rayo. El coste anual de los daños causados se cifra en
millones de euros. Cada vez mueren más personas, la media mundial se sitúa
entre ocho y 15 fallecidos anuales. A este balance hay que sumar la cifra de
20.000 siniestros, de los cuales 15.000 ocasionaron incendios. A consecuencia
de este fenómeno 250 campanarios resultaron afectados.
4 Riesgo de incendios en epicentro y
alrededores
Cada impacto de un relámpago en el
pararrayos genera otros problemas eléctricos indirectos, que repercuten normalmente
en destrucción de componentes electrónicos o riesgo de incendio en el epicentro
de impacto y sus alrededores.
5 Una distorsión del campo magnético
Durante las tormentas solares el planeta
está golpeado por radiaciones ultravioletas, rayos X y torrentes de partículas
cargadas, lo cual distorsiona el campo magnético e induce corrientes eléctricas
a la atmósfera que se transforman en borrascas.
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