Todo residuo o desecho que pueda causar
daño a la salud o al medio ambiente es considerado como un residuo peligroso,
fundamento por el cual los gobiernos tienen la responsabilidad de promover la
adopción de medidas para reducir al máximo la generación de estos desechos, así
como establecer políticas y estrategias para que su manejo y eliminación se
ejecuten sin menoscabo del medio ambiente y se reduzcan sus propiedades nocivas
mediante técnicas apropiadas.
En el mundo han hecho su aparición en los últimos años, nuevos procesos y tecnologías que permiten la reutilización o reciclaje de residuos o desechos peligrosos, transformándolos en sustancias susceptibles de ser utilizadas o aprovechadas ya sea como materia prima o como energéticos. Por desconocimiento de procedimientos técnicos para su adaptación, por ausencia de normatividad sobre su reutilización industrial, por la carencia de estándares de consumo en calderas, hornos y secadores y por el mercado negro existente con estos productos, se presume que los manejos dados a los aceites usados y en general a este tipo de energéticos alternativos, son inadecuados, no solo ambiental, sino técnicamente. Estos procedimientos están generando la degradación del medio ambiente por la gran cantidad de contaminantes, particularmente aquellos asociados con contenidos de metales como arsénico, cadmio, cromo, plomo y antimonio entre otros, que son emitidos a la atmósfera durante el proceso de combustión. Estos compuestos químicos producen un efecto directo sobre la salud humana y varios de ellos son cancerígeno.
http://www.sertec.com.py/telergia/telergia/informaciones/biodegradacion_aceites_usados2.html
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